R. K. Campbell

Autor

El hogar cristiano

El hogar cristiano

El hogar fue establecido por Dios, y fue Su designio para la humanidad. Cuando Dios hizo a Adán y a Eva y los unió en santo matrimonio, mandándoles que fructificaran y se multiplicaran y que llenaran la tierra, instituyó la primera familia y el primer hogar (Génesis 1:27-28). Toda la estructura social humana descansa sobre la unidad de la familia. Y el hogar, la morada de la familia, bien sea una choza o una mansión, es la fortificación o el refugio de la comunidad. De ahí a que se diga con frecuencia: «El hogar es el baluarte de la nación». Sobre él descansa todo el edificio de la civilización. Si él desaparece, desaparece la nación, porque la nación no es sino un conjunto de individuos unidos por una relación de familia. Es evidente, pues, la importancia del hogar y de la vida familiar conforme a los pensamientos de Dios.

La Iglesia del Dios viviente n°3

La Iglesia del Dios viviente n°3

La asamblea original formada en Jerusalén perseveraba “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42). Aparte de la comunión, la cual tiene que ver con todas las reuniones y a la vida entera de los creyentes, tenemos aquí tres características especiales que distinguieron la vida de la asamblea de estos santos: la enseñanza, el partimiento del pan y la oración.

La Iglesia del Dios viviente n°5

La Iglesia del Dios viviente n°5

La disciplina en la Iglesia es una necesidad a causa del Santo y Verdadero (Apocalipsis 3:7), quien está en medio de su pueblo. Él, como lo leemos en Habacuc 1:13, es muy limpio de ojos para ver el mal y no puede soportar el agravio. Allí donde el Santo tiene su habitación no es posible permitir que continúe una situación en la que el pecado no es juzgado. Tampoco se puede tolerar el mal en ninguno de sus muchos aspectos. Esa Casa debe mantenerse limpia.

La Iglesia del Dios viviente n°7

La Iglesia del Dios viviente n°7

En los anteriores fascículos de esta serie hemos tratado de considerar básicamente a la Iglesia tal como Dios la estableció en el principio. Hemos notado aquí y allá cuán grandemente la cristiandad se ha apartado del diseño original de la Iglesia establecido en un principio por Dios. Hemos notado frecuentemente que la Iglesia que profesa ser cristiana está en un estado de ruina general, descomposición y desorden. Consideraremos ahora a la Iglesia en el día de la ruina. Veremos también cuál es la senda de Dios para el creyente en medio de tal estado.

La Iglesia del Dios viviente n°9

La Iglesia del Dios viviente n°9

El tema que abordaremos en estas páginas es el lugar que, según las Escrituras, le corresponde a la mujer dentro de la Iglesia. Sin embargo, para entender este tema adecuadamente, será de gran ayuda que consideremos primero el lugar de la mujer en la creación, en la caída, bajo la ley y en el hogar. Discernir el rol que Dios le ha dado en todas estas esferas nos dará la información básica o «de fondo» para considerar y entender el lugar bíblico de ella en la Iglesia.