Manual Pastoral

¿Qué es el servicio pastoral?

La importancia de la oración en el servicio pastoral

Leyendo Deuteronomio 9:13-14, 18, 26 y 29 notamos una cualidad muy necesaria en un pastor.

“Y me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de cerviz: Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucha más numerosa que ellos… Y me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo”…

“Y oré á Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa… Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido”.

Cuando Israel hizo el becerro de oro y lo adoró, Moisés estaba en la cima de la montaña hablando con Dios. Dios le dijo que había visto la maldad de Israel y quería destruirlo; quería empezar de nuevo y poner a Moisés sobre un pueblo mejor que este. Moisés se opuso e intercedió por Israel. Pidió a Dios que no destruyera a su pueblo, le recordó Su relación con este y lo que Él había hecho por Israel sacándolo de Egipto con mano fuerte.

Moisés estuvo en la montaña cuarenta días postrado en la presencia de Dios, intercediendo por Israel. Allí, no estaba buscando algo para sí mismo, sino lo mejor para Israel, y para la gloria y honra de Dios.

En Juan 17 vemos al Señor Jesús intercediendo de manera general por todas Sus ovejas. En Lucas 22 lo hace de manera particular por Pedro.

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31-32).

La oración es muy importante. La oración en privado, intercediendo por las ovejas es fundamental en el servicio pastoral, pero también lo es la oración con las ovejas. No son nuestros esfuerzos los que guardan el rebaño, sino Dios mismo. ¿Cuánto tiempo pasamos orando cada día?