Nuestra norma y nuestra esperanza
Dos principios muy importantes, que se presentan en Apocalipsis 3:3 y 11, son profundamente interesantes, pero claros, simples, fáciles de captar y llenos de poder cuando se los comprende bien. Dos cosas distintivas caracterizan al vencedor: la primera es la verdad que nos ha sido comunicada; la segunda, la esperanza que está puesta delante de nosotros.
Convertidos para esperar a Cristo
Las últimas palabras de 1 Tesalonicenses 1 reclaman ahora nuestra atención. Proporcionan una prueba impresionante y contundente de la claridad, plenitud, profundidad y amplitud del testimonio del apóstol en Tesalónica, y también del esplendor y la autenticidad de la obra en los recién convertidos de aquel lugar. No solamente se volvieron de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.